N7-MILED Manuel Fernández López

PLATOS ROTOS DE LA NOVIA DEL ABUELO DE MI EX Jimena Brescia

  • Artistas: Jimena Brescia / Manuel Fernández López
  • Fecha: Mayo-Junio 2014

Las escenas del bardo

Acto, presencia y territorio.

Jimena Brescia – Manuel Fernández López

Curado por Guido Ignatti

9 de mayo al 13 de junio

 

*Fotografía, instalación, objeto y video. Dos artistas, cómplices, oscilando entre la acción y lo que queda. El relato toma forma en el acto, el objeto, el escenario y su registro.

Ante la mirada indiscreta, los objetos siempre están hablando de algo más, aunque eviten las preguntas absolutas que no tienen respuesta. Se enuncian a través de su materialidad indiscutible, y su función aparente, pero a la vez secretean por lo bajo su destino siempre incierto.

Sus batallas, incluso las no libradas, están grabadas en la superficie. Las marcas fascinan y avivan el interés por lo que ha sucedido. Lo curtido cautiva justamente por todo lo que no dice. Así, las cosas que nos rodean son partícipes mudos de los acontecimientos que protagonizaron.

Los escenarios pueden ser igualmente obtusos pero llegado el caso revelarán las historias que lo inerte esconde. Puestos en relación, espacios y objetos confiesan. Se hilan hipótesis. Se reconstruyen los hechos.

El pasado habita el presente aunque su reconstrucción sea imprecisa. La verdad absoluta nos está vedada. Entonces, tenemos los objetos, los escenarios, las acciones registradas, las pistas reales y las falsas de una historia que se fragmenta en la mirada. Cada uno tendrá su versión de los hechos. La escena es una trampa.

Las No locaciones de Fernández López proporcionan el contexto. Escenarios vacíos pero de atmósfera cargada. Sus capturas anuncian los episodios sepultados en el aire. Son relatos sobre el espacio libre entre pared y pared, entre piso y techo. Allí perduran los años, los meses, los días, las horas. A veces ajenas, a veces no, las historias latentes, encriptadas en estos escenarios no hacen más que incitar la acción en el presente. Contemplar lo estático provoca el movimiento insolente. Así, las Autoimitaciones se abren paso entre pasajes olvidados, con un cuerpo plantado en cada caso. En la performance y sus registros Emanuel se sumerge en el vacío y lo llena. Pasa a la acción y exorciza los lugares y los objetos naturalmente. Los escenarios asumen su propósito y el artista su rol, poner en entredicho lo que se da por sentado.

Brescia ofrece su cuerpo y su historia. Completamente autorreferencial, la obra transita los caminos de su femineidad en estado de vulnerabilidad absoluta. No es simple evocación, es plena presentación. Son los restos de una acción que revisan un tiempo que le es ajeno al espectador pero lo alcanza. Los hechos se revelan. Mujer y amante. Hembra desmedida, Jimena nos convierte en testigos de episodios personales que requieren una toma de posición ante lo visceral del amor. La colección que atesora proviene de una relación rota, los objetos también lo están. Se conservan desangelados, evocan los sucesos, la crisis, la catarsis. Este panteón arqueológico de piezas reunidas, oficia de puente entre el pasado y el presente, entre la acción y sus restos. Jimena está en el medio.

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